Viendo que sus ojos
…y me cautivastes
a la eternidad van...
La más bella niña
de nuestro lugar,
hoy viuda y sola
y ayer por casar,
viendo que sus ojos
a la eternidad van,
a su amor dice
que escucha su mal:
Dejadme pensar
sobre la fidelidad.
…y me cautivastes
Pues me diste, amor,
en tan tierna edad
tan corto el placer,
tan largo el penar,
y me cautivastes
de quien hoy se va
y lleva las llaves
de mi libertad.
Dejadme pensar
sobre la
fidelidad.
Yéndose a la
eternidad
En llorar conviertan
mis ojos de hoy más
el sabroso oficio
del dulce mirar,
pues que no se pueden
mejor ocupar
yéndose a la eternidad
quien era mi paz.
Dejadme pensar
sobre la
fidelidad.
No me hagáis mal
No me pongáis freno
ni queráis culpar,
que lo uno es justo,
lo otro por demás.
Si me queréis bien
no me hagáis mal;
harto peor fue
morir y marchar.
Dejadme pensar
sobre la
fidelidad.
Viendo marchitar
Dulce amor mío,
¿quién no llorará,
aunque tenga el pecho
como un pedernal,
y no dará voces
viendo marchitar
los más verdes años
de mi mocedad?
Dejadme pensar
sobre la
fidelidad.
Váyanse las noches,
pues ido se han
los ojos que hacían
los míos velar;
váyanse, y no vean
tanta soledad
después que en mi lecho
sobra la mitad.
Dejadme pensar
sobre la
fidelidad.
CONCLUSIÓN :
CONCLUSIÓN :
Nunca es tarde para EMPRENDER un nuevo rumbo. vivir una nueva historia o construir NUEVOS SUEÑOS.
Y desde luego es compatible con la FIDELIDAD.
Y desde luego es compatible con la FIDELIDAD.